Adal - Treto
Es la localidad más oriental del municipio.
Muy próxima a la ría del Asón, se cruzaba de una orilla a otra a través de la famosa "barca de Treto", hasta que a principios del siglo XX se abrió el puente de Treto, que con un tramo giratorio permitía el paso de embarcaciones.
Fue realizado por la empresa Eiffel y en su momento se trató de una complicada obra de ingeniería.
Destacan en el aspecto monumental la iglesia de San Cipriano y la casona y capilla de Alvarado, excelente palacio barroco.
Palacio de los Alvarado
En la parte alta de Adal, en el barrio de la Maza, se encuentra el Palacio y Capilla de Alvarado, declarado Bien de Interés Cultural. Todo el conjunto es una obra barroca construida en la segunda mitad del siglo XVIII por D. Pedro Antonio de Alvarado Zorlado y Haro.
El linaje de los Alvarado fue uno de los más importantes en Trasmiera y entre los miembros más ilustres figuran los Alvarados que acompañaron a Hernán Cortés en la conquista de Méjico.
Ha sido descrito como uno de los palacios más completos de Cantabria, contando con todos los elementos propios de los palacios barrocos montañeses.
Está formado por una amplia corralada que rodea todo el recinto, vivienda compuesta por un cuerpo central de dos pisos y una torre de cuatro pisos anexa a un extremo, todo de sillería. En dicha torre se ubica el escudo con las armas de Alvarado, Maza y Zorlado:
- Cinco flores de lis azures en campo de oro y, en punta aguas de plata y azures (armas de Alvarado).
- Castillo en jefe dos estrellas, bordura cargada de ocho aspas de San Andrés
- Castillo con dos estrellas y orla de panelas
- Arbol con dos lobos cebados de corderos y bordura de aspas (armas de Alvarado, Maza y Zorlado).
En el otro extremo hay una galería porticada, además de cocheras, caballerizas y una hermosa capilla de estilo herreriano, con la advocación de la Virgen del Carmen. La fachada de esta capilla está hecha de sillería y formada por dos grandes pilastras que flanquean un arco de medio punto, rematadas por pináculos y una sencilla espadaña.
En este mismo barrio, y muy proximo al Palacio de Alvarado, se encuentra la casa originaria de la familia, de la segunda mitad del siglo XVII
Iglesia de San Cipriano
La iglesia de San Cipriano, en Adal fue construida entre los siglos XVI y XVII. Se encuentra en la parte alta del pueblo, algo apartada de la carretera nacional. Es una obra de grandes proporciones, de una sola nave, ábside poligonal y torre a los pies. Los muros son de sillarejo, con sillar en las esquinas, contrafuertes y vanos.
En el interior hay varios retablos de interés, siendo quizás el más importante el que se encuentra en el prebisterio. Es de estilo romanista, de finales del siglo XVI y destaca la calidad de la escultura y los relieves con imágenes de los Evangelistas y San Cipriano ( ésta del siglo XVIII ), relieves de San Pedro y San Pablo, escenas de la vida de San Cipriano y Jesucristo o El Calvario.
La importancia de este conjunto radica en que con él, se introduce el estilo romanista de los talleres del Ebro en la zona oriental de Cantabria.
Su autor parece ser Juan Gómez de Bárcena, maestro cántabro que trabajó el La Rioja pero que finalizó su actividad en su tierra.
Ermita y Parque de San Roque
Junto al Cementerio de Treto recientemente se ha construido la ermita de San Roque, inaugurada en el 2007 fue levantada sobre la antigua capilla y en ella colaboraron altruistamente los vecinos de Treto tanto económicamente como con su trabajo y esfuerzo.
Junto a ella se instaló un parque infantil, merendero y una fuente de manantial.
Puente de Treto
El Puente de Treto es uno de los monumentos más emblemáticos y conocidos de Bárcena de Cicero. Se trata de un puente metálico que salva la ría de Treto uniendo Adal con Colindres.
Realizado por la empresa Eiffel en 1901, venía a sustituir a la famosa "barca de Treto" que era una plataforma o gabarra convertida en transbordador e impulsada por un cable desde una orilla a otra.
El puente mide 200 metros de longitud y su construcción fue polémica puesto que los vecinos de ambas orillas pensaban que impediría el tráfico marítimo río arriba. Esto se solucionó insertando un tramo giratorio en el centro, a base de un mecanismo con una rueda dentada, que permitía el paso de las embarcaciones al interior de la ría. Para aquella época, se trató de una importantísi- ma obra de ingeniería, dado el amplio calado, la longitud del puente y la fuerza de las mareas.
Hoy, aunque menos transitado en favor del viaducto de la autovía del Cantábrico, se ha convertido en un monumento emblemático en el municipio.